Las 8: 30 A.M. Otra mañana que empieza, sin salir de casa, que termina dentro de sombras que atraviesan la mañana, la tarde, incluso la noche, es como ser un mudo que grita, sin mirar a quien, como ese café sin sabor que te tomas y que me tomo yo, que ya no disfrutas como la primera vez de su fuerte sabor y de su aroma suave; no solo ya no lo disfrutas tu, sino que tampoco yo. Es como volver a escribir, lo que escribiste ayer, o tal vez la semana pasada pero con diferente tinta, es otra mañana sin saber si aun tu duermes o yo duermo, es como la pintura sin su lienzo, o como una poesia sin su voz, o peor aun es como despertar sin ti.
viernes, 7 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Por cuestiones geográficas, cada día me despierto sin élla a mi lado. Ni que decir tiene que tu texto me ha gustado. Por simpatía con él.
Saludos desde Barcelona.
Publicar un comentario